29 de noviembre de 2011

Despotismo y Algo Más...

Entre el despotismo de esta cruel vulgaridad aún arden los sueños y la libertad.
Somos insensibles desde la comodidad del "No tengo fuerzas para cambiar nada".
Lastimosamente el enemigo está detrás de una espesa niebla y de gente almidonada.

Ni todos los idiotas con cruces de madera, ni todos los países con cañones y banderas, no le han dado al mundo un golpe tan certero como el que nos han dado con el maldito dinero.
Nacemos esclavos del sitio en que nacemos, nos crían teniendo miedo a lo que desconocemos. Pasarás la vida pagando por tu vida a un hijo de puta que ha amañado la partida.

Miles de batallas no han buscado al enemigo, luchas que perdemos por no encontrar el camino. Ir a la raíz del verdadero cambio y saber que cuando llegues estaré junto a ti para tirar la primera piedra. Estaré junto a ti desenterrando a la vieja Libertad.

No vamos ganando y no hace falta mencionar que nunca lo haremos, al menos no en su juego.
Todo continúa, muchos hombres contra pocos que se esconden tras la escena, tras la cámara sin fotos.


Somos herederos. La lucha la empezaron otros, pero somos un relevo y la esperanza están en [ NosoTros ]

8 de noviembre de 2011

Deseos de cosas imposibles

Y poco a poco te vas dando cuenta de que los imposibles lo seguirán siendo por muchos lazos que te unan a lo que tú quisieras denominar ‘destino’, y que dejar pasar lo que de haber comenzado sería la historia de tu vida nunca es fácil, pero es lo que debes hacer. No siempre lo urgente es lo importante, ¿no? Y además, ¿en qué se basa esa efímera parte de ti que dice que hay algo más entre vosotros? No tiene razón de ser, no tiene cabida en esta historia, pero aún así te aferras como a un clavo ardiendo. Y ese clavo quema, pero no puedes soltarlo porque de hacerlo estás dejando escapar una parte de tu ser, esa que se va con aquella persona que nunca soñará con estar a tu lado, esa parte que se va a vivir a un mundo paralelo en el que todo salió bien y tú no perdiste oportunidades de oro cuando las tuviste en la palma de tu mano.


Supongo que los sentimientos hacia alguien no se olvidan nunca del todo, solo aprendes a vivir sin ellos hasta que te “olvidas” de que existen. El problema es que cada vez que veas a esa persona te seguirá encantando tanto o más que la última vez que cruzasteis las miradas. Y vuelves a pensar y a aferrarte a esa efímera parte que dice que en esa mirada hay mucho más que una buena amistad.