26 de enero de 2012

Sal de mi cabeza. YA

Hay personas que tienen la increíble habilidad de hacer de un simple paseo o un café en una cafetería cualquiera la cita más romántica posible. Y es curioso cómo los fantasmas del pasado llegan, te escupen recuerdos que luchas por olvidar y te impiden disfrutar de la velada porque te gustaría que la persona que comparte contigo un trozo de tarta fuera alguien muy distinto, y porque darías todo lo que tuvieras porque esa persona fuera la mitad de atento, amable, cariñoso, dulce y maravilloso que el que te acaricia la espalda. Y más curioso aún es echar de menos, solo a veces pero más de las que quisieras, a la persona que más daño te ha hecho en tu vida.

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