Hoy he viajado dos horas sentada en un avión junto a un chico idéntico a ti: mismo pelo, mismo ojos, misma barbita de varios días, gafas, tu nariz y tu camisa de cuadros. Y tus labios. No ha sonreído en todo el vuelo, y me pregunto si tendría tu misma sonrisa. Esa que tanto me gustaba mirar.
Así que me ha dado por recordar viejos tiempos. Cuando yo trabajaba de noches y tú te quedabas en vela para esperarme por la mañana y dormir conmigo. Cuando peleábamos por la almohada buena, o cuando te quejabas de las espinacas. Cuando aparecías con un CD de música porque su título era "I'm with you", y ya no necesitabas decir nada más. Cuando planeábamos ir a la Tierra del Fin. Cuando no querías hacerte fotos conmigo. Cuando te soltabas de mi mano. Las duchas eternas, los baños de espuma, las conversaciones de skype que no se acababan. Quedarnos dormidos hablando por skype y dormir juntos a miles de km de distancia. Las peleas por no abrazarte nada más meterme en la cama. Recogerte en el aeropuerto. Woody y Buzz con más ganas de verte que yo, que hasta fueron a Bristol a por ti. Quejarnos de las costumbres inglesas. Maldita Nerea en tu ordenador. Cenas por sorpresa en el dormitorio. Olor a vainilla. Dormir en el Palacio de una Diosa griega. La bahía de Anthony Quinn. Atarte las manos. La despedida de la casa de Hilary Rd. Leaving las Vegas, o mejor dicho, Living las Vegas.
Es curioso que uno de mis mejores recuerdos contigo sean los de la almohada. Supongo que porque terminaban en risas tan sinceras que incluso podíamos decir que éramos felices. Y el resto del mundo era perfecto.
Y así, recordando, me he dado cuenta del tiempo que hacía que no pensaba en ti. Cierto es que más son los recuerdos malos que los buenos, y ya ves, aún así no hay por qué olvidar todo, ¿no crees? Algunas veces recordar cuánto quisiste a alguien te mantiene vivo. A veces, para dejar de querer a alguien no es necesario olvidar todo lo que un día vivisteis juntos.
Y ahora, que ya no te quiero, puedo decir que las decisiones equivocadas nos llevan a los lugares acertados. Y que si nada de todo esto hubiera sucedido... Yo no me encontraría aquí, sonriendo cada día por el simple hecho de haber llegado donde estoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario