¿Sabes ese cosquilleo en el estómago de pensar en alguien? Que vas a verle, que va a sonreírte, y a no perderte de vista, y a acariciarte con disimulo. La complicidad de dos personas que comparten un secreto.
Las ganas de decirte que no consigo apartarte de mi cabeza.
Las ganas de besarte y olvidar el mundo de alrededor.
Las ganas... de todo y que todo sea siempre poco. De buscar más. De no parar. De vivir.
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