Peor que hablar con un nudo en la garganta, que aguantarse las ganas de llorar, notar que se te escapa la vida en un abrazo... Peor que volver a ver la casa vacía, una vez más. Peor que pasar tu última hora conmigo hablando por teléfono con otra persona.
[ Y no mirar atrás jamás ]
No hay comentarios:
Publicar un comentario