Tendré que mirarte por un telescopio, buscar tu señal en la radio, subir en la nave sin un copiloto que sepa cruzar el espacio. Y siguiendo la estela que deja el cometa, que va donde digan tus labios. Así me perdí en tu universo, de nöches fugaces y días extraños...
Un lugar perdido en la memoria de aquella completa demente, entre los recuerdos de una vida llena de actos premeditados que guiaron sus pasos hacia un camino sin retorno, sólo comprensible para aquellos lo suficientemente locos como para atreverse a entender la magnitud de sus palabras...
17 de julio de 2011
Despunto el lapicero a la vez q el Desconsuelo
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