Miedo, de volver a los infiernos (que tanto me gustaron siempre), de quererte sin quererlo (y no poder dar marcha atrás, o peor aún, darla y perderte para siempre), de no verte nunca más (ni saber de ti, ni escuchar tu voz, ni mirar mi móvil y tener un mensaje tuyo, ni de sentir tu dedo en mi espalda...)
Miedo, siempre tenemos miedo a tantas cosas que ese sentimiento te impide avanzar, y seguir a tu corazón, y arriesgarte a perder, y querer, y vivir y soñar, y compartir un sueño y una parte de tu vida y mil cosas más que tengo miedo de compartir.
Todo se reduce a miedo. ¿Y qué si lo tengo? Es mi forma de ser en algunos terrenos, necesito mi tiempo y superar mi miedo a mi ritmo, suave, a fuego lento...
Miedo.
Oigo tu voz siempre antes de dormir... Y por eso tengo miedo a que me tengas miedo... A tenerte que olvidar.
Para empezar diré... Que esto no es el final.
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