- Oh, vamos! Tú siempre has sido chica de segundas oportunidades!
- Esta no sería la segunda. Perdimos la cuenta allá por la 23.
- No se la merece.
- ¿Sabes lo difícil que ha debido ser abrirte su corazón de esa manera? Y tú le mandas a paseo.
- No le has escuchado con suficiente atención.
- No deberías creerlo. Son solo palabras. Las palabras se las acaba llevando el viento, en eso es un experto. ¿O ha cumplido su palabra alguna vez...?
- A ti tampoco te gustaría que te hicieran el daño que a ti te han hecho.
- Tú también te equivocaste en un pasado, habrías matado por una oportunidad de enmendar el error.
- No se la ha ganado.
- No me jodas, ¿cuántas veces te ha dicho algo similar y a los días te la ha jugado otra vez?
- Uhmmm me apetece un buen Brugal.
- Y a mí romper cremalleras en los ascensores, pero lo que no puede ser no puede ser.
- Centraos por favor, esto es una discusión seria.
- Personalmente, creo que no hay nada que ganar ni merecer, simplemente deberías aceptar sus disculpas, fingir que no ha pasado nada, quererle a quemarropa y esperar a que te la juegue una vez más.
- Oh, vamos, uno comete un errorcito de nada y ya se le pone una letra escarlata de por vida.
- Un error detrás de otro, querrás decir.
- Ese "errorcito" como tú le llamas te ha hecho más daño de lo que jamás nada te ha hecho en tu vida. Es algo imperdonable, no tiene nombre y tampoco justificación.
- Lo importante es arrepentirse de forma sincera.
- La gente necesita tiempo para darse cuenta de lo que quiere o lo que necesita y a quien ama y a quien no. Tú también te tomaste el tuyo, guapa, y anda que no mareaste la perdiz, que al pobre le iba a dar un infarto soportando tus tonterías de niña pequeña.
- Sí, pero yo no herí a nadie en el proceso. Eso sin contar con que yo tuve mi tiempo al principio de este cuento, no 6 meses después.
- El mayor problema es racionalizar los asuntos del corazón. Así el amor es siempre el que pierde.
- ¿Por qué una vez más gana la razón al corazón? Corazón!! SUBLÉVATE!!
- ¿Corazón?
- ¿Se ha ido? Ve mirar en la caja torácica, venga ¡¡corre!!
[...]
- No hay nada, ni rastro, solo un hueco vacío y unos cuantos restos de platos rotos esparcidos por el suelo. Un poco extraños, los pedazos estaban llenos de sangre.
- No va a volver, se ha tomado unas vacaciones. Decía que no aguantaba más mentiras. Pero si lo veis por ahí, decidle que vuelva, ya no volverán a clavarle un puñal por la espalda.
[ Un consejo: Nunca discutáis con las voces de vuestra cabeza ]
No hay comentarios:
Publicar un comentario