30 de agosto de 2012

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El que dijo ojos que no ven corazón que no siente... Era un gilipollas.

Al final soy yo siempre la que lo deja todo por amor, y olvida el dolor por caer en el ojo del huracán una vez más. La que le dices: venga, déjalo todo que te llevo al Sol, y deja a su propia familia de lado por un sueño inalcanzable.

Hay cosas que nunca cambiarán...

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