El que dijo ojos que no ven corazón que no siente... Era un gilipollas.
Al final soy yo siempre la que lo deja todo por amor, y olvida el dolor por caer en el ojo del huracán una vez más. La que le dices: venga, déjalo todo que te llevo al Sol, y deja a su propia familia de lado por un sueño inalcanzable.
Hay cosas que nunca cambiarán...
No hay comentarios:
Publicar un comentario